
El pasado sábado estuvimos en el Maratón de los Cuentos de Guadalajara. Llevan 18 años haciéndolo. Es una iniciativa de la Biblioteca Pública (Provincial) de Guadalajara es lo que yo más identifico como una una actividad popular. Un festival, una fiesta asumida y nutrida por los/as propios/as ciudadanos/as. Sin grandes estrellas. Tal vez por eso no le dan cancha en los medios de comunicación de la capital del reino, al contrario de Tiririlandia, de Segovia.
El esquema es bastante simple. Se empieza el viernes por la tarde a contar cuentos y se acaba el domingo al mediodía. Un cuento y un/a narrador/a tras otro. Padres e hijos, asociaciones, abuelas, aficionados, cargos públicos, escritores, bibliotecarios, niños, más niños... Una isla de autentica participación popular cultural en medio de un océano de políticas cultural que en realidad busca espectadores de pago y nada más.
El Maratón ha evolucionado mucho y ahora hay muchas actividades paralelas (miradlo en la página de este año pinchando aquí). También cuidan el entorno: el escenario principal es en el patio de Palacio del Infantado adornado sencillamente pero creando ambiente. Con teteria en los jardines del Palacio y puestos de libros y artesania, caseta con camisetas y recuerdos a precios para todos...)
Bueno cuento lo del sábado: llegamos tal vez pronto (8 de la tarde) y aún había mucho cuento dirigido o hechos por niños/as. Hicimos tiempo por el centro y por los puestos alrededor del palacio y volvimos a entrar sobre las 10,30. El Patio estaba lleno, nos costó encontrar sitio. La megafonía funcionaba bien, cosa obvia que no siempre pasa en los actos culturales. La sesión estelar de los cuentos empieza a la medianoche del sábado al domingo. Participan los narradores internacionales que han llegado de otros países o regiones. El clima era cálido, fraterno, amable. Y había narradores increibles. Centenares de personas hipnotizadas por alguien que cuenta y representa una historia sólo con su voz a la luz de la luna. La magia infinita de narración oral como hace miles de años. Y de repente, en tres minutos rompe a llover. La organización resuelve todo en unos quince minutos con otro escenario a cubierto. Sigue la magia con una cuento en inglés (con traduccción) sobre la Pobreza y la Plenitud. Juntitos juntitos pero no se va nadie.
A los dos cuentos para la lluvia y vuelta al Patio Principal con todo organizado. Increible acostumbrado a ir a espectáculos donde la mínima alteración convierten la organización en un puto desastre.
A las tres de la mañana nuestros cuerpos rellenitos de historias ingeniosas, increibles y lejanas se rindieron y volvimos a Alcalá.
Un cuento en el que se relataba como Eros, Dios de la atracción sexual y del deseo, no es hijo de Afrodita, Diosa del Amor y la Belleza (como habitualmente se cree), sino de Plenitud y de Pobreza... lo cual explica muuuuchas cosas sobre cómo se comporta el AMOR.
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